A propósito de la celebración del Día de Niño, se me vino a la mente la típica frase cliché de “tener alma de niño.” Pues bien, en el circuito Tekkenero nacional, encontramos exponentes de varias edades, aunque podemos decir que la gran mayoría son personas que están por sobre la barrera de los 25 años aproximadamente.
¿Hasta que edad puede una persona permitirse estar JUGANDO como si tuviera 15 años?
Muy difícil pregunta, ya que en sus posibles respuestas intervienen muchos factores, como la apertura de mente, la ya mencionada “alma de niño,” la presión social, entre otros.
Veamos, a pesar de que la industria de (en este caso particular) los videojuegos fue claramente orientada al público infantil, las tendencias de los últimos años han diversificado el rango de edad de los “gamers” de forma sustancial, justificado -principalmente- por el tema del poder adquisitivo (un niño, por ejemplo no puede llegar y comprarse un computador, o una PS3 sin depender del presupuesto de sus padres, cosa que no ocurre en el caso de los jóvenes que ya tienen independencia económica en algún grado). Esto se ha traducido en una mayor gamma de títulos y productos especialmente diseñados para esta fracción de la clientela, con temáticas más duras y en ciertos casos, lisa y llanamente con contenido para adultos. Es cosa de mirar la evaluación a la que son sometidos los juegos a medida que van saliendo, para poder discernir a qué público es apropiada su comercialización.
Esto a su vez ha llevado a desdibujar de cierto modo el concepto de “juego,” ya que ahora no es algo estrictamente infantil, por el contrario, cada vez más abarca un rango de edad más amplio.
Ahora bien, -supuestamente- conforme pasan los años, se les suman responsabilidades a las personas que le debieran hacer enfocarse en prioridades más urgentes que adquirir un Nintendo Wii, por ejemplo. Trabajo, familia, etc. por nombrar algunos.
Cada vez son más los casos de personas que no son capaces de definir un límite en este tema por lo que -al igual que los niños- empiezan a dejar de lado otras cosas por el juego, invirtiéndole más tiempo a eso que a otras prioridades. Más allá de lo chistoso que puede ser ver a un adulto cayendo en errores infantiles que probablemente estén cometiendo de forma paralela sus sobrinos, hijos, etc. es serio el hecho de estos casos se vuelvan comunes.
Por otro lado, hay quienes independientemente de su edad, son capaces de establecer de manera correcta los límites entre juego, trabajo y otras prioridades. En esos casos, el juego cumple su verdadero rol de entretención ya que no interfiere de modo negativo en la vida del usuario, por lo que podemos deducir que el poder disfrutar de un juego va a depender en gran medida de la madurez del usuario, sin importar su edad (esto es, curiosamente, lo que los padres intentan enseñarles a sus hijos respecto a la relación juegos-estudios-entorno).
Desde ese punto de vista, cualquier persona RESPONSABLE tiene todo el derecho de poder disfrutar con sus hijos, incluso con sus nietos, de un buen juego, ya que no está menoscabando las prioridades fundamentales que debe asumir, a la vez que fomenta una relación mas directa y diferente con quienes juega, sean de su mismo rango de edad o no.
En definitiva, no hay un límite real para andar jugando videojuegos (y juegos en general) si la persona es capaz de poner límites, asumirlos y cumplir con ellos. Si el usuario tiene la responsabilidad suficiente, pues no importa si tiene 14, 20, 39 u 80 años; simplemente jugará como cualquier otra persona, sin perder de vista que los juegos son un instrumento de distracción que además puede generar espacios de comunicación y amistad con otros individuos que compartan los mismos gustos.
Saludos! Y feliz Día del Niño a todos l@s Tekkenr@s, grandes y chic@s. Felicidades en su día a tod@s quienes conservan su “Alma de Niño.”
[by: Galford D. Weller]
¿Hasta que edad puede una persona permitirse estar JUGANDO como si tuviera 15 años?
Muy difícil pregunta, ya que en sus posibles respuestas intervienen muchos factores, como la apertura de mente, la ya mencionada “alma de niño,” la presión social, entre otros.
Veamos, a pesar de que la industria de (en este caso particular) los videojuegos fue claramente orientada al público infantil, las tendencias de los últimos años han diversificado el rango de edad de los “gamers” de forma sustancial, justificado -principalmente- por el tema del poder adquisitivo (un niño, por ejemplo no puede llegar y comprarse un computador, o una PS3 sin depender del presupuesto de sus padres, cosa que no ocurre en el caso de los jóvenes que ya tienen independencia económica en algún grado). Esto se ha traducido en una mayor gamma de títulos y productos especialmente diseñados para esta fracción de la clientela, con temáticas más duras y en ciertos casos, lisa y llanamente con contenido para adultos. Es cosa de mirar la evaluación a la que son sometidos los juegos a medida que van saliendo, para poder discernir a qué público es apropiada su comercialización.
Esto a su vez ha llevado a desdibujar de cierto modo el concepto de “juego,” ya que ahora no es algo estrictamente infantil, por el contrario, cada vez más abarca un rango de edad más amplio.
Ahora bien, -supuestamente- conforme pasan los años, se les suman responsabilidades a las personas que le debieran hacer enfocarse en prioridades más urgentes que adquirir un Nintendo Wii, por ejemplo. Trabajo, familia, etc. por nombrar algunos.
Cada vez son más los casos de personas que no son capaces de definir un límite en este tema por lo que -al igual que los niños- empiezan a dejar de lado otras cosas por el juego, invirtiéndole más tiempo a eso que a otras prioridades. Más allá de lo chistoso que puede ser ver a un adulto cayendo en errores infantiles que probablemente estén cometiendo de forma paralela sus sobrinos, hijos, etc. es serio el hecho de estos casos se vuelvan comunes.
Por otro lado, hay quienes independientemente de su edad, son capaces de establecer de manera correcta los límites entre juego, trabajo y otras prioridades. En esos casos, el juego cumple su verdadero rol de entretención ya que no interfiere de modo negativo en la vida del usuario, por lo que podemos deducir que el poder disfrutar de un juego va a depender en gran medida de la madurez del usuario, sin importar su edad (esto es, curiosamente, lo que los padres intentan enseñarles a sus hijos respecto a la relación juegos-estudios-entorno).
Desde ese punto de vista, cualquier persona RESPONSABLE tiene todo el derecho de poder disfrutar con sus hijos, incluso con sus nietos, de un buen juego, ya que no está menoscabando las prioridades fundamentales que debe asumir, a la vez que fomenta una relación mas directa y diferente con quienes juega, sean de su mismo rango de edad o no.
En definitiva, no hay un límite real para andar jugando videojuegos (y juegos en general) si la persona es capaz de poner límites, asumirlos y cumplir con ellos. Si el usuario tiene la responsabilidad suficiente, pues no importa si tiene 14, 20, 39 u 80 años; simplemente jugará como cualquier otra persona, sin perder de vista que los juegos son un instrumento de distracción que además puede generar espacios de comunicación y amistad con otros individuos que compartan los mismos gustos.
Saludos! Y feliz Día del Niño a todos l@s Tekkenr@s, grandes y chic@s. Felicidades en su día a tod@s quienes conservan su “Alma de Niño.”
[by: Galford D. Weller]
1 comentario:
Jajuaja wen tema, los diana esta tapao de wns ke tienen la edad de mi viejo jugando tekken tag xD pero en el 5 en su mayoria siempre son veiteañeros :P yo al uniko ke conosco ke sea harto menor ke mi es al 5000 xD pero pa ke po puros lolos xD en tCH .
me acorde de los simpson ese juego ke estaba calificado como malo para todos xD
saludos
Publicar un comentario